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El agua y el género
En todo el mundo, las mujeres suelen ser responsables de proporcionar agua a sus familias. En muchos países, las mujeres y las niñas a menudo pasan de 3 a 4 horas al día obteniendo agua. Esta es una enorme inversión de tiempo y es físicamente muy difícil. Y si no hay retretes limpios en la escuela, las niñas abandonan la escuela una vez que comienzan a menstruar.
El fácil acceso al agua y al saneamiento no sólo mejora la salud de las mujeres y las niñas. También les permite participar en oportunidades de educación y formación. Esto, a su vez, debería ayudarles a encontrar un trabajo y obtener mejores ingresos. Igualmente importante es el hecho de que, gracias a la educación, también tienen una vida más autónoma y más fuerte y pueden participar plenamente en la sociedad. Por lo tanto, invertir en el acceso sostenible al agua y al saneamiento es un requisito previo para trabajar en el desarrollo sostenible.
Igualdad de género
Todos deben participar en la planificación y gestión de la infraestructura hídrica. En muchas culturas, las mujeres y los hombres contribuyen a la gestión del agua. Después de todo, ambos grupos tienen conocimientos valiosos y complementarios y, por lo tanto, deberían tener voz y voto en la planificación y ejecución de los programas sobre el agua.
Las responsabilidades específicas de las mujeres con respecto al agua les proporcionan conocimientos especializados que son vitales para encontrar soluciones adecuadas. Involucrar a las mujeres y a las personas desfavorecidas no sólo aumenta la sostenibilidad de los programas, sino que también es una forma de promover la igualdad de género en las organizaciones, las comunidades y las familias.